Manuel Tizón
Música y humor: reflexiones sobre su uso en las clases de armonía
El humor es una característica inherente al ser humano. Ya desde la antigüedad, este elemento fue empleado con fines lúdicos o de comunicación. En estas fuentes antiguas, tales como el Corán, se dice que “aquel que hace reír a las personas merece el paraíso”. El humor es un elemento social que nos conecta, nos desconecta, nos alegra, nos inspira… el humor es habitual en múltiples contextos. Sigmund Freud afirmaba que el humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo. Derivado de lo anterior y no menos importante, encontramos el humor como herramienta educativa, cuya corriente anglosajona cobra fuerza ya desde la década de los 90 llamada instructional humor. El humor en la enseñanza —al igual que en otras ramas de conocimiento— puede ser positivo, negativo, autocrítico, no planeado, solidario… Es un parámetro muy complejo que conviene conocer como herramienta de ayuda en el aula. En referencia a los beneficios del humor, encontramos que su uso puede aumentar la motivación y el interés, contribuye a la amenidad en la clase, puede reducir el estrés, ayuda a recordar, crea un buen ambiente en el aula, sirve para resetear en momentos en los que se tratan conceptos complejos, e, incluso, puede mejorar la imagen del docente, todo esto, claro, si se emplea de un modo correcto. En música encontramos pocas alusiones a su uso consciente y organizado, así como la investigación rigurosa de este parámetro. En esta propuesta planteamos ideas generales sobre el empleo del humor en las clases de armonía en el contexto del conservatorio, aunque extrapolable a otros contextos. Ideas como las tarjetas didácticas con humor, memes y otras cuestiones serán expuestas en este trabajo, para así, poder ser usadas en el aula y llevadas a las distintas programaciones docentes.
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